Todos los que conocen su naturaleza y se guían por los puntos probados y comprobados que aquí están, seguirán siempre ciertos, al paso que aquellos que se salgan de esa norma, sufrirán el doble, por seguir la duda y el error.
Ahí está la causa y el origen del sufrimiento de todos; la actuación que los vivientes sufren bajo la influencia de los habitantes del vacío, donde todos viven en la duda y en la experiencia. No hay entendimientos. En el mismo momento que están entendiéndose, se desentienden. Todo eso debido a la actuación que obliga al viviente, en estas condiciones, a ser un perturbado, haciéndolo llegar a su camino de cualquier manera, por el bien o por el mal.
Por eso, la ciencia hizo cientes a todos de que tenían espíritu.
Como quien dice: - “Todos son espíritus, todos tienen que procurar por ellos.” Espíritu es cosa invisible, superior a vuestra categoría, dominando sobre todos los puntos de vista a todos los vivientes de ese mundo.
El viviente que tiene conocimiento de su naturaleza, debe colaborar en beneficio de sí mismo. Pues de lo contrario, nada conseguirá y sufrirá el doble, porque yerra con conciencia y no por inocencia. Es conciente de su error, y si mantiene ese error, es porque quiere sufrir. Los inocentes tienen el descuento por ser inocentes.
Pero los concientes no, ésos no merecen el descuento y sufren el doble, porque trabajan contra su sosiego, contra su dignidad, contra su felicidad, contra la paz y contra todo lo que es bueno, procurando solamente el mal para sí mismos. Y por eso vean como nadie tiene sosiego en ningún lugar; nadie vive satisfecho. No hay comprensión, pues viven más contrariados que satisfechos, pensando en esto, en aquello o en aquello otro. Los vivientes sienten un estado de cosas dentro de sí, que no saben explicar. Se sienten fatigados, cansados, indispuestos, sin ánimo muchas veces de cuidar de sus ocupaciones.
( 1Volumen, Libro UNIVERSO EN DESENCANTO, del RACIONAL SUPERIOR)
